jueves, 5 de marzo de 2009

Especial Watchmen: Análisis del cómic


Cuatro premios Kirby, siete premios Harvey, cuatro premios Eisner e incluso un premio Hugo, que se concedió por primera vez a un cómic, además de ser elegida en 2005 por la revista Time una de las 100 mejores novelas escritas desde el año 1923 en adelante. Este es el impresionante palmarés que ha reunido a lo largo de los años el que para muchos es el mejor cómic de superhéroes de la historia.

Watchmen fue escrito por el guionista británico Alan Moore (autor de From Hell, V de Vendetta y la Liga de los Hombres Extraordinarios entre otras muchas obras) y dibujada por el también británico Dave Gibbons. Se desarrolla en un 1985 alternativo en el que la presencia de superhéroes en EE.UU ha alterado el curso de la historia. Debido a una ley promulgada en 1977, todos los superhéroes salvo los que trabajan para el gobierno han sido declarados fuera de la ley, por lo que se han visto forzados al retiro.

La trama gira alrededor del asesinato de Edward Blake, más conocido como el Comediante, uno de los superhéroes "legales". Mientras investiga el asesinato de Blake, Rorschach (un violento vigilante que sigue en activo a pesar de la ley) descubre su verdadera identidad y piensa que este asesinato puede ser el comienzo de un complot contra todos los superhéroes, por lo que se pone en contacto con sus antiguos camaradas para advertirles.
Como se puede imaginar, este asesinato es algo más de lo que parece a simple vista pero eso es algo que es mejor descubrir leyendo el cómic.

Para el análisis de esta obra, vamos a considerar los dos aspectos más importantes: el guión y el dibujo.

El guión es sin duda lo mejor de este cómic. La historia es muy buena y mantiene el interés durante toda la lectura (bueno casi toda, pero eso lo comentaré más adelante) y está perfectamente hilvanada a pesar de su complejidad, sin quedar ningún cabo suelto. Además, tiene uno de los mejores finales que haya visto nunca, totalmente inesperado pero no carente de lógica.

Si la historia resulta tan interesante es sin duda porque está protagonizada por un excelente plantel de personajes. Cada uno de ellos tiene una personalidad propia, con sus virtudes y defectos, que les hace creíbles y para nada estereotipados.

Lo único que no me ha gustado del guión son los Relatos del Navío Negro, una subtrama que aparece de vez en cuando durante la obra y que alude a un cómic que está leyendo un personaje. Esa narración me pareció un coñazo y opté durante mi lectura por saltármela.

El dibujo está a la par con el guión. Gibbons utiliza un estilo similar al de los cómics clásicos pero más detallado, con símbolos recurrentes que hacen referencia a distintos aspectos de la trama. No soy un experto en el tema pero puedo decir que es excelente.

Después de todo lo visto, a uno le puede quedar dudas de por qué se tiene en tanta consideración Watchmen. ¿Una buena trama?, ya hemos visto cómics de superhéroes con una buena trama; ¿Personajes creíbles?, ya hemos visto cómics de superhéroes con personajes creíbles. Entonces, ¿por qué tanto revuelo?

Porque ninguno lo ha hecho tan bien como Watchmen.

De hecho, Watchmen fue uno de los primeros (si no el primero) en el tratamiento realista de los superhéroes. Antes de esta obra, los superhéroes eran personajes bastante simples, tenían sus virtudes y defectos pero eran esencialmente buenas personas, mientras que los villanos eran malas personas; poseían increíbles poderes que desafiaban toda lógica que les permitían enfrentarse a los criminales y habitaban un mundo no muy diferente al nuestro.

Watchmen cogió todas esas ideas preconcebidas y les dió la vuelta. Los personajes de esta obra no son buenos o malos sino que se mueven dentro de la escala de grises. Incluso el villano del cómic tiene sus motivos para hacer lo que hace, por lo que no podemos decir que en esta obra haya unos héroes y unos villanos propiamente dichos; hay una serie de personajes que actúan siguiendo su forma de ser y de pensar y que tratan de hacer lo que ellos consideran correcto.

El hecho de que sus motivaciones sean minuciosamente expuestas ayuda a comprender porque se dedicaron a perseguir criminales, ya que en este mundo ningún superhéroe tiene superpoderes (salvo uno); no les ha mordido una araña radioactiva o vienen de un planeta lejano, son personas que dependen de la tecnología o de sus habilidades (o ambas) para salir airosos.

El último tópico que derriba es el hecho de que un mundo así, con gente que se dedica a perseguir criminales al margen de la ley, sea igual que el nuestro. Un acontecimiento de ese calibre habría cambiado el mundo de forma radical, que es justo lo que ocurre en el cómic. De hecho, la existencia de una persona con poderes es lo que más transforma el mundo de Watchmen, llegando a alteraciones tan extremas como que EE.UU gane la guerra de Vietnam gracias a este sujeto. Si se piensa bien, si existiera un grupo o una persona con capacidades especiales de la magnitud que se ven en los cómics, ¿no sería lógico que el primero en aprovecharse de la situación fuera un gobierno (en este caso, el estadounidense)?

Watchmen fue el primer cómic, junto con el Regreso del Señor de la Noche, que se planteó estas cuestiones y trató de hacer madurar al género de los superhéroes. El resultado fueron sendas obras que cambiaron para siempre los cómics de superhéroes y el modo de entenderlos, de la misma forma que los superhéroes cambiaron el mundo en que habitaban. Si bien obras posteriores como Authority de Warren Ellis o los Ultimates de Mark Millar han seguido profundizando en la idea, la semilla de todo se encuentra en esta obra.

Resumiendo, lo que quiero decir con toda esta parrafada es que te gusten o no los cómics de superhéroes, ¡¡ya estás tardando en comprártelo!! Watchmen ha sido, es y será uno de los mejores cómics de superhéroes, si no el mejor.

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